FREDA PUSO A BAILAR A BUENOS AIRES

Esta mujer negra y su grupo afroecuatoriano, Bejuco, grabaron su primer disco, que llegará por estos días primero a Ecuador 'saludando', como dice ella, y luego arribarán sus autores
Otros integrantes del gupo Bejuco
Por Alejandro AguirreEspecial desde Buenos Aires
Si deciden posarse de su vuelo y guardar las velas de navegar, en el corazón de Buenos Aires, en el Abasto donde cantaba Gardel, hay una casita que es el refugio de los ecuatorianos. No tiene paredes sino brazos, en vez de ventanas unos ojos tiernos que confortan. La casa es una mujer.Se llama Freda Montaño. Nació en Limones, Esmeraldas, hace unos 53 años. Hoy dirige el Danzario Americano (escuela de danza), preside la Asociación de Ecuatorianos Residentes en Argentina (AERA), forma parte de la Red de Mujeres Migrantes y -su esencia- lidera el grupo folclórico afro-ecuatoriano Bejuco.Freda pasó su juventud en San Lorenzo, "el río, el muelle, los pescadores", y a los 20 años se fue para Guayaquil. Estudió enfermería y comenzó en serio con lo del teatro, la danza, la música. En 1986 formó Bejuco, un grupo que en la mejor tradición cultural esmeraldeña fusiona baile, actuación, poesía oral, música. El equipo, que ganó varios premios, recorrió el país entero.El camino que siempre para adelante se te abre Cuando recibió la invitación del Ministerio de Educación de Chile, Freda buscó auspicios estatales para poder viajar, y nada. "Quizás fue una suerte", sospecha ella. No hubieran vivido todo lo que ahora cuenta. "¿Sabe quién nos dio el dinero para salir? Las calles de Ambato", recuerda con gratitud. Actuaron en ellas y en las plazas durante un largo Carnaval. Freda hasta llegó a vender canastas en Quito. "Me declaré loca". Estaba decidida: "Aunque sea arrastrados" cumplían su meta.Los integrantes de Bejuco salieron de Guayaquil, ya el dinero se le había acabado. Machala les dio el segundo empujón. Con los bolsillos vacíos, ahora solo les faltaba llegar a Chile. Nada los detuvo. En cada pueblo, en cada ciudad, hicieron espectáculos. Así cruzaron la frontera. "En el camino fuimos formando un hogar", desde cucharas, platos y cocina, "hasta televisión cargábamos", una que les regalaron en Talara, Perú, tras una actuación. Formaron una familia, que compartía comida, peleas, trabajo y sueños. Freda era la madre de todos.En un mes recorrieron Perú.Llegaron a la meta, Chile, Antofagasta, Santiago, Valparaíso, Viña del Mar. Pero Freda sentía que no era suficiente. "Yo quería recorrer toda Sudamérica, ir donde hubo asentamientos negros", conocer, enseñar y aprender. "Chicos, los que se quieran regresar se regresan, pero yo me voy con mi cununo tocando a seguir la flecha". Y es que, "parecía que algo era lo que me llevaba, algo me empujaba".Todos siguieron con ella."Nunca faltó alguien que nos daba la mano". En Mendoza, Argentina, hicieron cursos, talleres, actuaciones, Córdoba, Rosario, hasta llegar a Buenos Aires. Los machetes brillaron y las marimbas retumbaron bajo el Obelisco (monumento más importante de Argentina), entre faldas que se abrían como flores. Estuvieron largo tiempo, pero todavía no era época de anclas. Viajaron por Uruguay, Brasil, Paraguay, llenándose de historias, que les hacía creer. Regresaron a Argentina, y sin planificarlo se fueron quedando entre amigos y planes. "Siempre había algo por hacer, hasta que ya no nos fuimos más". Es bueno dejar sembrado"¡Perú y Ecuador en guerra!", anunciaron los periódicos. Freda llegó a la embajada, encontró un montón de compatriotas, ansiosos, extrañando tierra y gente. Tomó una determinación. "¡Yo voy a unir a mis ecuatorianos!", decidió. Comenzó con una feria de comida ecuatoriana, donde todos estaban vestidos con trajes típicos. Hasta abrir la Casa Ecuatoriana. Cuando llegó la gran oleada de inmigrantes que huían de la crisis económica nacional, en su casa siempre encontraban un lugar adonde llegar. De ahí a formar una asociación, quedaba un paso. Cuando Johny Lidque, un niño ecuatoriano, vino para un trasplante cardiopulmonar, Freda organizó un festival para conseguir fondos. Hace menos de un mes, preparó otro, para ayudar a los afectados por las inundaciones de la ciudad de Santa Fe, en el Teatro San Martín, uno de los más importantes de Buenos Aires. Freda lo dice en una de sus canciones: Utilice el obstáculo como herramienta de trabajo.Con la Red de Mujeres Migrantes viajó al último Foro Social Mundial de Porto Alegre, en enero pasado, compuso un himno en el cual cantaron sus historias. Al regreso, ya estaba fermentando la idea de grabar un disco, que llegará a su país en estos días. Extraña la tierra, pero "no me da tiempo como para sentarme a la nostalgia, porque estoy siempre con los ecuatorianos". (AAS).